Ahora, quiero enfatizar en el periodismo de guerra en Colombia. Todo este país es una zona de conflicto, la guerra desde hace muchos años ha agobiado a los colombianos, despojado a campesinos de sus tierras, y matar a miles de victimas. Los que deciden cubrir estas zonas de conflicto saben a que se están arriesgando, por ejemplo, el caso del corresponsal de guerra, Roméo Langlois, quien estaba cubriendo un operativo antinarcóticos en el municipio La montañita del departamento de Caquetá, fue secuestrado y declarado prisionero de guerra por el Frente 15 de las FARC el 28 de abril de 2012. Afortunadamente fue liberado el 30 de mayo del mismo año, este es un caso que me gusta emplear para el tema que me apasiona. ya que fue un caso, como muchos, de valentía, pasión y amor por su oficio. Ser corresponsal de guerra es algo sumamente dificil de realizar, primero porque es un oficio arriesgado, por ejemplo, retomo el caso de Langlois, en el momento el que fue secuestrado, él portaba prendas del Ejército, en ese entonces, el vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, dijo que ningún civil debe ponerse prendas militares, como chalecos antibalas y cascos blindados. Pero aquí cuestiono y pongo en debate esto, ya que es normal ver a corresponsales de guerra cubriendo algun hecho, utilizando prendas de este tipo, pues se da cuando el corresponsal va con el Ejército de Colombia e incluso con el de Estados Unidos.
Esto se da en la práctica del Periodismo empotrado en la cual el reportero acompaña las tropas de alguno de los bandos para poder cubrir la guerra, algo que se volvió habitual en Irak y Afganistán.
Pero entonces surge el debate, ya que al poner en práctica el Periodismo empotrado, se pone en duda la imparcialidad y equilibrio informativo del cubrimiento, ya que la guerra sólo es vista desde uno de los bandos enfrentados.
Cuando se quiere ejercer el periodismo de guerra, se debe conocer en profundidad sus riesgos y consecuencias, por eso reitero que Langlois sabía a lo que se enfrentaba, tal vez si fue una sorpresa para él que lo secuestraran, pero no fue una sorpresa saber que eso podía pasar, pues es un periodista que conocía totalmente la situación y los riesgos.
En Colombia, existe una notoria carencia de una organización de los periodistas extranjeros en el país, pues no hay ninguna entidad que respalde a los periodistas extranjeros en el país, como existe en otras partes del mundo, por ejemplo. la FLIP( Fundación para la Libertad de Prensa) promueve la seguridad de los periodistas colombianos, pero no a los extranjeros, teniendo en cuenta que Colombia es el país de Suramérica con mayor presencia de periodistas extranjeros.
El oficio periodístico es fundamental para informar y comprender el conflicto en Colombia. La situación de Roméo Langlois demuestra, una vez más, las difíciles condiciones y el peligro que representa para el periodismo cubrir temas relacionados con el conflicto armado.
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